lunes, 27 de febrero de 2017

Si tratáramos a la crítica de cine como a la crítica de arquitectura o "a ver haz tú una película"

Desde que se publican los nominados para los premios Oscar, todos nos volvemos críticos de cine. Reclamamos porque varias de las nominadas aún no están en cartelera, lo que nos lleva a señalar que la situación del cine nacional es terrible, porque dependemos de las grandes cadenas que prefieren enriquecer sus taquillas a pasar "buen cine". Es por eso que la cultura está como está, decimos sacudiendo la cabeza, con el ceño fruncido.

Oye, ¿y tú que sabes? ¿Acaso eres Ministro de Cultura? ¿Acaso has estudiado algún curso de administración de bienes culturales? ¿Es que sabes de economía como para criticar el manejo de los cines? 

Luego opinamos sobre las nominadas: mejor película, actores principales y de reparto, los que estamos medianamente informados. Efectos visuales y vestuario, los que queremos que Fantastic Beasts se lleve algo. Sonido y cinematografía, los eruditos.

¿Por qué pierdes tu tiempo? ¡Haz algo útil! ¿Acaso a la Academia le interesa tu opinión?

Y poco a poco, a medida que se acerca la ceremonia, intentamos ver las películas nominadas. Hacemos check in en las redes cuando entramos al cine, sobre todo si se trata de películas "pensantes"; eso se ve muy bien. Al día siguiente publicamos lo que pensamos de cada una, nos enfrascamos en discusiones sobre si "La La Land" merece la aclamación del público, o sobre si "Moonlight" es "la fija" porque trata de dos temas polémicos: racismo y homosexualidad.

Si la crítica la aclama será por algo, ¿no? O pretendes discutir con los grandes críticos de cine del New York Times o del Washington Post... Es evidente que si la película ha ganado esos premios, es porque es buena.

Del mismo modo, y con el mismo entusiasmo, comparamos las actuaciones de figuras principales y secundarias, e intentamos acordarnos de quiénes ganaron en las ediciones pasadas y por qué. ¿Emma Stone está sobrevalorada? No es Meryl Streep, ciertamente, pero tiene lo suyo. ¿Viola Davis merecería ese Oscar? ¿O se trata sólo de una reacción frente al #OscarsSoWhite del año pasado?

De todas maneras eres un actor/actriz frustrado/a. Seguro que en el colegio participaste en "Caperucita roja" y ya crees que sabes actuar. ¿Quién te crees para cuestionar a Emma Stone? Claro, porque como tú has ido al teatro tres veces en tu vida y has visto "Mamma Mia" ya crees que tienes algo que decir sobre Meryl Streep.

Y finalmente, aquellos que se animan a comentar las categorías más "eruditas" o especializadas: película extranjera, documental, edición, efectos visuales.

¿A quién le importan esas categorías? ¿Por qué no te concentras en cosas verdaderamente importantes? ¿Tú crees que alguien se va a acordar de quién se llevó el mejor corto animado en 2013? Tenemos que concentrarnos en cosas urgentes, relevantes. Sobre todo en un país como el nuestro, en el que falta tanto y tenemos que hacer, no criticar. Esto es simplemente una pérdida de tiempo y recursos.

Llega la noche de los Oscar. Balde de canchita gigante en mano, nos sentamos frente al televisor y renegamos porque tenemos que escucharla doblada y nos perdemos tres cuartas partes de los chistes.

¡Ah! ¡Ahora te crees internacional!

Y finalmente el desenlace: comprobamos qué tan equivocados estuvimos en nuestras predicciones. Nos picamos porque no ganó la que queríamos y apagamos el televisor - perdiéndonos, de paso, el escándalo subsiguiente, pero eso es anécdota.

A ver, pues, haz tú una película, a ver si eres tan bueno. Seguro eres un cineasta fracasado. ¿Qué crees? ¿Que porque tu celular graba videítos y porque tienes cuenta en Instagram tienes algo relevante que decir al respecto?

Al día siguiente comentamos. No, ese Oscar en esa categoría estuvo de más. No puedo creer que se lo dieran a ellos.


Cómo se nota que te da envidia el éxito de los demás. Por eso el Perú no avanza.

-----
* Gracias a Israel, Marco y Chris por las ideas y el título.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...